LADRIDOS - MUNCH - Expresionismo.

Como siempre nos acercamos muy poquito (para no asustar) a un movimiento complejo y que sorprendió al mundo a principios del siglo XX. Lo hacemos con uno de sus miembros.

Edvard Munch es considerado como el mejor pintor noruego. Nació el 12 de diciembre de 1863.


Descubrió a los impresionistas en varios viajes a París, reconoció una especial admiración por Gauguin. Comenzó pintando influenciado por el impresionismo pero pronto realizó varias obrar con su estilo, muy personal, y pronto generó un escándalo en Oslo cuando presentó su obra “la niña enferma”. En aquella época, año 1886, el público de Oslo no estaba acostumbrado a un tipo de arte que busca pintar los sentimientos, alejandose de las formas.

“no pueden entender …. que un árbol puede ser rojo o azul, que un rostro puede ser azul o verde, saben que es falso, desde que son pequeños les han enseñado que las hojas son verdes, que el color de la piel es de un bonito tono rosado …”  Edvard Munch.



Evoluciona su pintura comenzando a utilizar los colores de forma simbólica, no naturista, no trata de copiar los colores que vemos en la realidad. Reduce las figuras y objetos  que pinta a su forma más esquemática, utiliza la pincelada para acentuar la expresión de ese esquema que crea con grandes y rápidos trazos.

“Para ellos es una broma hecha a toda prisa, o un arrebato de locura, no pueden entender que estos lienzos se realizan con seriedad.” Edvard Munch.



Entre sus cuadros aparecen constantemente la muerte, la enfermedad, la religión. Trata de profundizar en los sentimientos, pintando a la soledad, angustia, erotismo, muerte.
También aparece la naturaleza, siempre desde un punto de vista simbólico, utilizando los colores para pintar una realidad que se oculta detrás de las formas. Que se siente

"La cámara fotográfica no podrá competir con el pincel y la paleta mientras no pueda utilizarse desde el cielo y desde el infierno" Edvard Munch.





Munch creó un estilo completamente nuevo, realizó multitud de obras y fue reconocido en vida, recibiendo numerosos homenajes en la etapa final de su vida. Murió con más de 80 años y más de 1000 cuadros, 15.000 grabados y también dibujos, acuarelas y esculturas.

EXPRESIONISMO. 

Surgió en Alemania a principios del siglo XX.
No podemos definir el expresionismo reduciéndolo a unas características comunes. Fue un movimiento heterogéneo. Es  una actitud y una forma de entender el arte que aglutinó a diversos artistas de tendencias muy diversas y diferente formación y nivel intelectual.
Los expresionistas defendían un arte personal e intuitivo, donde predominase la visión interior del artista –la “expresión”– frente a la plasmación de la realidad –la “impresión”–.



LA RACIÓN DEL DÍA - Paisaje gritando.

Juguemos con los buscavidas: miráis el cuadro durante unos minutos (¡¡espero que tengáis tiempo en vuestra apretada agenda!!), pensáis sobre la obra, lo que cuenta el pintor, sus colores, como son las pinceladas, espesor de la pintura, todo lo que se os ocurra. Sería ideal que lo hicierais como si lo estuvierais explicando a un amigo, o imaginando que el cuadro ha sido pintado por vosotros. Y después, si os sobra tiempo, continuais leyendo.


EL GRITO - 1893
Edvard Munch.




Es un atardecer en un puente o paseo junto al mar. Un cielo ardiente se está desplomando sobre un paisaje azul intenso. ¿algún acantilado?¿algo de bosque?. Las pinceladas rojas tan densas del cielo lo hacen tan pesado que se está cayendo casi literalmente sobre el mar. 

El contraste de los azules con rojos intensifica la agresividad de la pintura. Y una pincelada rápida gira sobre el lienzo sin pararse en detalles. Munch quiere hacer gritar al paisaje. Buscar el interior, la expresión. No la forma.

En contraste con el mar, el puente y su barandilla cruzan agresivamente el cuadro en diagonal, partiendo en dos el lienzo. Aumentando la angustia que genera el cuadro. El puente lo resuelve insinuando las maderas del suelo con reflejos sacados del cielo.

           


Dos figuras pasean con sombrero. Tranquilas. Como si nada sucediera, ajenas al estruendo, ajenas al grito que está dando la naturaleza.


 Sí, es la naturaleza la que grita, no la figura principal. Que en primer plano nos mira sin ojos. Está tapándose tan fuerte los oídos que su cabeza está a punto de explotar entre sus manos. Su cuerpo se contonea como un junco  desequilibrado por el grito. Abre la boca de dolor, como acto reflejo, para soportar mejor un sonido que solo él escucha.





Al fondo dos barcos en el mar, que gracias a la perspectiva hacen más grande al paisaje, dan más profundidad a la escena, logrando así multiplicar el grito de la naturaleza.